La investigación de la
práctica pedagógica en la formación de maestros colombianos, una experiencia en
la Facultad de Educación de la Pontificia Universidad Javeriana
A continuación hago reporte de los
estudiantes de maestría que se graduarán
el 6 de agosto del presente
año. Estos estudiantes sustentarán en el simposio que se llevará a
cabo el próximo 23, 24 y 25 de
mayo. La pre sustentación se realizará
el lunes 2 de mayo de 6 a 9 de la noche en el edificio Lorenzo Uribe. Coordina Rafael Reyes Galindo.
ESTUDIANTES |
TRABAJO DE GRADO |
TUTOR |
EVALUADOR |
Gloria
Patricia Gómez Galindo
|
LA EVALUACIÓN DE DESEMPEÑO DOCENTE.Una mirada al perfil del maestro colombiano instalado en el discurso empresarial |
Rafael Reyes Galindo |
Beatriz Rodríguez Vega |
Wilmer Alexander Vargas SanabriaMiguel Ángel MolanoAlexander Montealegre |
El saber escolar en la autobiografía de tres maestros |
Oscar Saldarriaga |
Rafael Reyes Galindo |
Ángela Sánchez BernalEsperanza MartínezSandra MartínezLuz Clara Cruz RivasDiana Campos |
La escritura de la práctica en los maestros de Bogotá |
Rafael Reyes Galindo |
Nubia Lucia Gaitán Feo |
Nubia VelascoNancy Rodríguez |
El currículo y sus transformaciones en el Distrito Capital |
Beatriz Rodríguez Vega |
Nubia Lucia Gaitán Feo |
Atentamente,
Rafael Reyes Galindo
Línea del saber pedagógico y formación de
maestros.
Campo de saberes críticos y formación de
maestros
23 de mayo del 2016 Rafael Reyes
Galindo
Recojo aquí,
el discurso reiterativo, la cantaleta si se quiere, del grupo de profesores que
han coordinado esta Línea, esta búsqueda del saber pedagógico y la formación de maestros. La insistencia de
maestros como Saldarraiga, Beatriz, Nubia Lucía queda como lección, como
advertencia, como signo de contradicción, como acusación y como indicación para
la esperanza; aún se puede viajar a pie.
Primero. El carácter específico de la investigación de la práctica
pedagógica.
Nuestros ámbitos de estudio son la formación
de maestros, la investigación del territorio de la escuela y la pedagogía como
saber. Cuestionamos el papel subalterno que cumple la pedagogía en las
políticas de formación de maestros y analizamos el hecho de que solo se
despliegue subordinadamente al interior de otras disciplinas como las sociales,
las disciplinas psicológicas, lingüísticas, filosóficas, etc. pero no como
saber especifico de la las relaciones educativas y de construcción de
comunidad. Una consecuencia de que la pedagogía funcione solamente como saber
anexo a otras disciplinas conlleva a que ésta se presente simplemente como
metodología instrumental, o se le revista de aplicacionismo o de tecnología
educativa. Esto conlleva también a una acentuada subordinación de la pedagogía
frente a otras disciplinas y se desconozca su dimensión reflexiva.
El
carácter subordinado de la pedagogía lesiona la comprensión del papel social de
la escuela y del maestro. La escuela se convierte en espacio vulnerado por
objetivos que poco o nada tienen que ver con la educación: mercado,
competitvidad, optimización; La formación pierde dimensiones integrales y se
presenta como capacitación. Por otra parte el maestro sería presentado como
subalterno frente a otros intelectuales de la educación. Por eso, nosotros,
dirigimos la atención en forma específica, directa e intencional hacia el
triángulo conformado por la pedagogía, la escuela, el maestro como ámbito aún
no pensado suficientemente.
Segundo: problematizamos
las mismas prácticas con la que se forman a los maestros para abordar la
escuela y los saberes escolares.
Hemos querido
introducir una problematización a las prácticas de investigación formativa en
pedagogía y educación que se instala en la formación de maestros en Colombia.
Al maestro no se le forma para investigar sino para contextualizar conocimiento
con una secuencia metodológica. En la Línea de investigación Saber pedagógico y
formación de maestros hemos replanteado estas dinámicas procedimentales, aunque
con poca recepción de los mismos educadores.
A partir de qué significa cultivar la indagación en pedagogía y en
educación buscamos iniciarnos en la interrogación de la pedagogía, del maestro
y de la institución educativa.
Hemos advertido, entonces, que investigar, no es
que uno conozca mejor su objeto de estudio, sino que los piensa de otro modo;
no es que clarifique los fundamentos que lo acompañan sino que socava esos
fundamentos que ya se tenía. No es que se refuercen las teorías aceptadas, sino que las cuestiona
como obstáculos. Por esta razón, la investigación entra en crisis; se hace
sísmica, desestabiliza lo que nos era cercano y familiar. Nuestra propósito
formativo era construir preguntas frente
aquello que, hasta ahora, era
natural obvio y necesario para nosotros los maestros.
Pasa con frecuencia en nuestras
investigaciones que, como ya estamos
informados de cómo “debe ser” la escuela, no tenemos una forma de
acercarnos a su cotidianidad; como ya
tenemos la secuencia metodológica para transmitir se nos escurre por entre los
dedos el saber sobre la enseñanza; como ya identificamos el perfil del profesor
para los retos actuales, perdemos al maestro; como ya hemos profesionalizado la
docencia, menoscabamos el oficio.
Reconocemos que en la Línea saber pedagógico y formación de
maestros ha sido un ejercicio telúrico.
ejercicio telúrico de socavar en doble vía la forma como se ha
construido la pedagogía y el oficio del maestro: una pesquisa histórica,
epistemológica de la construcción de la pedagogía como discurso y como
disciplina; y un trabajo político y ético de insurrección de la pedagogía como
saber sometido frente a los llamados “intelectuales” de la educación.
Finalmente, un trabajo de un maestro colombiano debería ser vida
organizada en un rigor narrativo. No salir aburridos de un trabajo de grado.
Salir, más bien, maestros de sus investigaciones. Los invito a seguir en esta
pesquisa, en la línea de lo que Saldarriaga llama “escribir las prácticas” y el
“hacer saber”
En
efecto, “escribir las prácticas” configura la desarticulación de perspectivas mecanicistas, o al menos
unilaterales, en la que se está instalado la noción de práctica pedagógica en nuestras Facultades por obra y gracia de las
políticas educativas. Frente a las
exigencias que se le hacen a los profesores de “saber hacer”; nosotros
proponemos, lo contrario, “hacer saber” (Saldarraiga 2003); introducir la novedad, pero también, la
tensiones, la paradojas, las contradicciones que constituyen el sentido de la
relación pedagógica y de toda intencionalidad formativa.
Un
trabajo de grado podría ser la expresión de este “hacer saber”. Así los
proyectos finales sustentados expresarían la ruptura de la subalternidad en la que se ha instalado
a las maestras y maestros colombianos; reinvindicaría un oficio, rescataría un
horizonte de formación y reconceptualizaría la función de la pedagogía como
condición de posibilidad para el
posicionamiento de sujetos libres, para pensar el país, para exhibir una ética,
para proponer una estética, para leer el presente y construir el porvenir en
colombianos que merecen una formación integral.
Esta formación integral, es un “hacer saber” que como “campo conceptual”
y “campo narrativo” (Saldarriaga 2015) pretendemos desarrollar el conjunto de
profesores y estudiantes que deseen continuar en la Línea del saber
pedagógico.
No
es obstinación, es luminosa certeza y gozosa convicción la que tenemos de que
las maestras y maestros de nuestro país
son el lugar de sentido para la recuperación de los “países de
Colombia”; son la “piedra de toque” para construir en cada niña, en cada joven
y en cada ser humano una vida bella, como paciente labor, de darle forma a su
impaciente libertad.